As a Hispanic of Mexican descent in the Las Vegas Valley, I face a paradox. Despite having a resume as impressive as a 1980s Britannica encyclopedia, being in good shape and well-dressed, and having a wealth of knowledge and experience from various fields, I find that being overqualified in every aspect of life is a disadvantage.
In 2023, America is plagued by prejudices that make you an outcast if you don't have tattoos or a pink headband. If you're a Mexican without tattoos looking for a job, your skills and expertise are ignored. Even if you have 15 to 20 certificates in different domains and you're 58 years old with a neat appearance, you're considered unfit in Las Vegas.
Discrimination is widespread regardless of how you dress, speak, or smell; job opportunities are scarce.
Even if you're a professional with a lot of experience and the right certifications, as a Mexican American, you're relegated to manual labor at 58 because of the systemic racism that pervades the Las Vegas Valley.
Speaking perfect English only makes things worse.
They prefer to hire someone who is less qualified, uncertified, but white, often with a domineering attitude. It's a cultural disaster that hinders progress in America. If this mindset becomes the standard, it will stifle any development. The current systemic racism implies that only white people are eligible for teaching positions or deserving of fair pay for their work in the American economy.
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La impactante verdad sobre estar sobrecualificado y ser mexicano en Estados Unidos en 2023
Como hispano de ascendencia mexicana en el Valle de Las Vegas, me enfrento a un dilema. A pesar de tener un currículum tan impresionante como una enciclopedia Britannica de los años 80, estar en buena forma y bien vestido, y tener una gran cantidad de conocimientos y experiencia en varios campos, descubro que estar sobrecualificado en todos los aspectos de la vida es una desventaja.
En 2023, Estados Unidos está plagado de prejuicios que te convierten en un marginado si no tienes tatuajes o una cinta para la cabeza de color rosa. Si eres mexicano y no tienes tatuajes al buscar empleo, ignoran tus habilidades y experiencia. Incluso si tienes entre 15 y 20 certificados en diferentes áreas y tienes 58 años con una apariencia pulcra, en Las Vegas te consideran inadecuado.
La discriminación es generalizada independientemente de cómo te vistas, hables o huelas; las oportunidades laborales son escasas.
Incluso si eres un profesional con mucha experiencia y las certificaciones adecuadas, como mexicano-estadounidense, te relegan al trabajo manual a los 58 años debido al racismo sistémico que permea en el Valle de Las Vegas.
Hablar inglés perfecto solo empeora las cosas.
Prefieren contratar a alguien menos calificado, sin certificaciones, pero blanco, a menudo con una actitud dominante. Es un desastre cultural que obstaculiza el progreso en Estados Unidos. Si esta mentalidad se vuelve estándar, sofocará cualquier desarrollo. El racismo sistémico actual implica que solo las personas blancas son elegibles para puestos docentes o merecedoras de un salario justo por su trabajo en la economía estadounidense.