Las Vegas is literally controlled by demons.
Mormonism is a cult!
Joseph Smith is not my God!
Jesus is my God.
In Las Vegas, there are those Mormon demons dressed in white shirts, in pairs, knocking on people's doors to convert them and make them like them.
Jesus doesn't physically force me to knock on doors to preach the gospel and the truth.
We have the Holy Spirit for that.
Just lift your arms in the air, accept Jesus, and possibly be physically touched by the Holy Spirit.
Some do it, some don't...
Anyway, that's how Jesus saves souls.
Las Vegas is truly the den of Satan considering how many Mormon Temples are in the Las Vegas Valley.
We Christians don't need a temple to praise Jesus because our physical bodies are the temple of Jesus and the Holy Spirit.
We don't need tons of money to build a building and wear white shirts or train our children to knock on doors and become employees of Joseph Smith, who is nothing more than a demon.
Desentrañando el Conflicto Espiritual en Las Vegas: Una Perspectiva sobre la Secta Mormona y la Lucha por la Salvación Las Vegas está literalmente controlada por demonios. ¡El mormonismo es una secta! ¡Joseph Smith no es mi Dios! Jesús es mi Dios. En Las Vegas, hay esos demonios mormones vestidos con camisas blancas, en parejas, golpeando las puertas de la gente para convertirlos y hacerlos como ellos. Jesús no me obliga físicamente a golpear puertas para predicar el evangelio y la verdad. Tenemos al Espíritu Santo para eso. Solo levanta tus brazos en el aire, acepta a Jesús, y posiblemente seas tocado físicamente por el Espíritu Santo. Algunos lo hacen, otros no... De todas formas, así es como Jesús salva almas. Las Vegas es verdaderamente el antro de Satanás considerando cuántos Templos Mormones hay en el Valle de Las Vegas. Nosotros, los cristianos, no necesitamos un templo para alabar a Jesús porque nuestros cuerpos físicos son el templo de Jesús y del Espíritu Santo. No necesitamos toneladas de dinero para construir un edificio y usar camisas blancas o entrenar a nuestros hijos para que toquen puertas y se conviertan en empleados de Joseph Smith, quien no es más que un demonio.
